sábado, 26 de enero de 2008

Negación: la más predecible de las respuestas humanas.
El Arquitecto en The Matrix Reloaded
Mea culpa ajeno
PE

Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas
Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no protesté, porque yo no era judío.
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
Martin Niemöller


A lo largo de los últimos 3, casi 4 años, de manera irrefrenable, como y con el tiempo, implacable con los demás y con nosotros, ingenua con ellas, inconmensurable con lo intangible, inalienable incluso aquí en Colombia, imprescindible con lo más innecesario, indeleble, innombrable, impía, incierta, inquieta, indispensable, indisoluble, inmoral, inimaginable, inclasificable, inclaudicable, infranqueable, a veces y muy a nuestro pesar invisible, hemos trabajado con el negacionismo poético, en búsqueda de una voz, de un punto de encuentro, o por lo menos de una amistad con las letras y con nosotros mismos. Nada fácil este intento en un país donde la mayoría desde su cómodo anonimato se dedica a criticarnos, guarecidos en su cobarde trinchera, desde donde ni siquiera su nombre dan, enemigos N.N., pero igual: ya es costumbre eso de tirar la piedra y esconder la mano, así que no será una novedad que las lenguas ulceradas de detractores y uno que otro timorato de nuevo merodeen los linderos de este espacio para dejar en la sección de comentarios algo de su muy permeable impotencia.
Mas el asunto que nos ocupa estos días dista del necio vulgo que mal lo paga y por eso no le habláremos en necio ni le daremos (mal) gusto. Esta vez nos dirigimos a ustedes para presentarles de nuevo este sitio de... escritores, cabezas duras, testarudos, analgésicos, sedantes, tercos, que viene con unas líneas más como regalo para nuestros fieles lectores, hienas, verdugos, harpías, cuervos de los que sacan los ojos y otros amigos.
Visitar el futuro en la tumba del olvido
El sábado 15 de diciembre de 2007, por iniciativa de Gustavo Adolfo Ramírez, director de la Fundación Palabrería, se convocó en el Cementerio Central de Bogotá, Colombia, Sudamérica, un homenaje al poeta José Asunción Silva (1865-1896), cuyos restos alguna vez reposaron junto a los de su hermana Elvira, tras muchos años relegados al muro de los suicidas por orden del clero. Era una de esas tardes lluviosas, frías y grises, tan propias de nuestra ciudad. Llegamos pocos. Allí, por supuesto, estuvimos los negacionistas, junto a recuerdo y olvido que se conjuraron con canciones y poemas; con nosotros estuvieron también el poeta Fernando Denis y un cantautor mexicano, acompañado, a su vez, de una buena guitarra y una bella chica colombiana. Brindamos a nuestra salud, porque a la del muerto no hubiese sido muy lógico que digamos. Pasamos por la tumba colectiva de los Zalamea. Hubo más poemas, más canciones y más fotos, bajo el chubasco, al final de la tarde. Quizá luego hagamos más por la memoria de los poetas muertos, quizás no. Quizás algún día seamos poetas muertos y exista una sociedad consagrada a nosotros. Quizás no. Quizás algún día a alguien más se le ocurra ir a visitar el futuro en la tumba del olvido o algo así… Salimos y nos embutimos algunos de nosotros en un taxi y tomamos rumbo a la Librería Luvina, único bastión burgués –como diría alguien, por ahí, no sé quién– que nos abre las puertas y nos admite. Allí concluimos la botella de whisky que habíamos inaugurado en la necrópolis o el “otro barrio” –como lo llaman algunos–, que casi todos acompañaron con charla y cerveza, hasta del vallenato que había compuesto e interpretó el mexicano se habló. Finalmente los negacionistas y una amiga nos largamos con rumbo conocido, para seguir bebiendo y viviendo y recordando y olvidando poetas y poemas, propios y ajenos, etc…
Nocturno I
A veces, cuando en alta noche tranquila,
sobre las teclas vuela tu mano blanca,
como una mariposa sobre una lila
y al teclado sonoro notas arranca,
cruzando del espacio la negra sombra
filtran por la ventana rayos de luna,
que trazan luces largas sobre la alfombra,
y en alas de las notas a otros lugares
vuelan mis pensamientos, cruzan los mares,
y en gótico castillo, donde en las piedras
musgosas por los siglos, crecen las yedras,
puestos de codos ambos en tu ventana
miramos en las sombras morir el día
y subir de los valles la noche umbría
y soy tu paje rubio, mi castellana,
y cuando en los espacios la noche cierra,
el fuego de tu estancia los muebles dora,
y los dos nos miramos y sonreímos
mientras que el viento afuera suspira y llora.
¡Cómo tendéis las alas, ensueños vanos,
cuando sobre las teclas vuelan tus manos!
José Asunción Silva
Al cementerio
¿No veis allá aquel campo silencioso
que se extiende detrás de un monasterio?
Es el lóbrego y triste cementerio,
es el campo del último reposo.

No le piséis los que en el mundo ocioso
de los vicios vivís bajo el imperio,
allí no hay pompa, hay soledad, misterio;
no le manchéis con vuestro pie engañoso.

Mas id los que cansados de penar
buscáis del sauce la doliente sombra…
los que queréis en la calma descansar.

Bajo esa verde y natural alfombra,
¡qué bien el cuerpo debe reposar
en tanto al alma el más allá le asombra!
Vicente Huidobro
En la tumba de un poeta
Ruiseñor que cansado de la tierra
alzaste el vuelo al alto firmamento,
a la mansión donde la luz se encierra
Oye benigno mi dolido acento.
Y tú, Señor, escucha esta plegaria
que triste y solitaria
en alas del amor elevo al cielo
y dale pronto el eternal consuelo.
Sufrió mucho, Señor; su vida entera
fue un eterno pesar.
Sólo de Ti la dicha ansioso espera,
no le hagas aguardar.
Y tú, errabundo, eterno caminante,
detente ante la tumba del poeta,
detente un solo instante,
y derrama una lágrima secreta,
una sentida lágrima por él
que riegue acaso su inmortal laurel.
Vicente Huidobro
NEW YORK DESDE LA VENTANA
Carlos Luis Torres G.*
Editorial Universidad Industrial de Santander
Colección de Poesía Otras Miradas
Bucaramanga, Colombia 2006
Donde hay mucho es justo que haya de todo.
Francisco de Quevedo

Qué difícil debe ser describir el universo para un hombre honesto; pienso, mientras deshojo el poemario de Carlos Luis de una mano a la otra.
A través de sus páginas, se aclara que New York es el lugar donde los perseguidos liberan la ausencia de todos sus recuerdos.
En la voz de Carlos Luis todo se desvanece, la esperanza primero, las manos, la ilusión, todo se confunde para encontrarse en el poema como única salvación del fugitivo y darle al lector la imagen de una ciudad símil a la emoción humana; insondable, mas incierta.
Este libro nos devela un extranjero que no busca y ahí en la letra desolada encuentra de forma fortuita una inmensa antagonista como es la ciudad en la vida del escritor. La ciudad de gritos, la misma que se inunda de silencio, en el poema y el ruido estridente de las calles, justo allí es donde ella pierde su gran volumen enfrentada a la inmensidad de la mirada del autor, quien de forma parricida la acorrala con sus versos.
Larry Mejía

5

Tengo sed.
Aquí a la orilla del río Hudson
Tengo sed.

7

A Wilmer

Me muero rodeado de silencio
(por favor...
llevadme a otro lugar).

15

Todo es luz
New York y movimiento
Las flores atrevidas
se ríen con el frío
y el paso lento
de una multitud infame
que no mira... tan sólo grita
...con su silencio.

Todo brilla:
La sonrisa de un negro,
la piel nativa mezclada
con opulencia y soberbia.
Un metro brota
y con fuerza burla al Hudson
acaricia el aire
y se lleva el alma
al interior de sombra
de una ciudad
donde la noche y la profundidad,
tienen el mismo matiz
de un volar alto y
del día que brilla como espejo.

Todo es ruido y a la vez silencio
Todo es limpio y a la vez
hediondez de alma y cuerpo.
Todo es inmenso
y tan pequeño... que pasa sin ser visto
... todo es blanco pero también negro
Aquí en New York
todo es grande
pero también tiene la delgadez
de la miseria y el llanto eterno.

Mira allá a la luz,
ese volcán que como el cielo
se extiende sobre la ciudad
de New York
Mira allá... aún más lejos
tápate los ojos que con eso
basta para saber de la ciudad
que desbordó el mundo
... hasta el abismo

Abril 20 de 2005

*Carlos Luis Torres Gutiérrez (1956, Bucaramanga, Colombia). Realizó estudios en la Universidad Industrial de Santander y posteriormente Maestría en Literatura Latinoamericana en la Pontificia Universidad Javeriana. Reside en Bogotá desde hace más de 25 años. Es escritor y profesor de literatura.
Ha publicado las novelas Barco A La Vista (1992) y Entre La Espera Y El Miedo (2004) y los poemarios
Poemas En Un Sobre De Manila, A Punto De Llover y New York Desde La Ventana. Otros trabajos de creación poética, cuentos y crítica literaria se han publicado en revistas y periódicos virtuales e impresos que se pueden consultar en www.carlosluistorres.net
En un artículo publicado el domingo 18 de febrero de 2007 a través de EL TIEMPO, titulado Poesía en Colombia: Un mal negocio, Cristian Valencia lamenta que no haya una editorial que tenga una colección de poesía, arguyendo que las que llama “ideas neoliberales” se tomaron ya todas las instancias de la cultura, dándole al objeto artístico el carácter de producto mercantil (lo cual es completamente cierto y definitivamente representa un problema, claro, el problema no es que la poesía tenga que ser productiva, sino cómo hacerla competitiva en el mercado frente a productos de la industria del espectáculo o el entretenimiento, por ejemplo) y en ello la poesía obtiene la peor parte, pues publicarla no es buen negocio. Menciona la finalización de la colección de poesía que tenía Editorial Norma y dice que las grandes editoriales españolas con sede en Colombia no publican poesía y ésta circula en modestas publicaciones, autofinanciadas, hechas con las uñas… limpias: de forma pulida y cuidando los detalles. Dice que publicar poesía es labor de locos, se trabaja a pérdida. Habla del riesgo que corre la colección de la Universidad Nacional de ser cerrada por el fisco ante su amenaza de descalabro financiero al no publicar a Benedetti. Salva del naufragio únicamente a la Colección Viernes de Poesía y a la revista Arquitrave, que califica de “afrenta al capitalismo salvaje”. Es cierto que la revista de Harold Alvarado Tenorio se hace en su confortable apartamento, nos consta; que esté llena de “perdedores profesionales de tiempo y de dinero: poetas”, no nos resulta tan definitivo, pues hasta ahora, luego de meses de haber llegado hasta allí en busca de un espacio no habido un rinconcito para el negacionismo, conformado por quizá los mayores perdedores de tiempo y dinero que tiene el país… ¿será porque no somos profesionales?
Conozco personalmente a Cristian y presumo que su intención no era desconocer ciertos hechos, al contrario, quería resaltar un intento que pudiera mantenerse y multiplicarse; sin embargo, a lo mejor sin querer queriendo, pasa por alto la labor de revistas dedicadas a la poesía como Golpe de dados –que ha llegado a su número 200–, Prometeo de Medellín, que se realiza a la par con el festival de poesía de allá como Ulrika de Bogotá, con el de aquí. Y si bien éstas no son del todo representativas, habría que argumentar lo mismo que Cristian con respecto a Arquitrave: al menos, se hacen. Por cierto, ¿esa errata en el nombre arquitrabe será intencional, tendrá algún significado? No sabemos porque apenas tenemos un número que nos obsequió Harold. En fin.
Respecto a las editoriales nacionales sin una colección de poesía, cabría preguntase qué se supone entonces que son la colección Acanto del Fondo Editorial de la Universidad EAFIT (que cuenta con libros de poesía de autores como Evelio José Rosero y Jaime Jaramillo Escobar); o la colección de poesía de la Editorial de la Universidad de Antioquia (con títulos como Modelo 50: Panorama De Poetas Colombianos Nacidos En La Década De 1950 compilado por Fernando Herrera Gómez; Poemas Chinos De Amor con versión, prólogo y notas del mismísimo Harold Alvarado Tenorio; Poesía Completa de José Manuel Arango; Vana Stanza: Diván Selecto 1962-1984, obra recuperada del legendario nadaísta Amílcar Osorio; A Vista Del Tiempo: Antología Poética 1961-2004 de Armando Romero; Dicen De Ti de Santiago Mutis; o El Transeúnte: 1947-2003 de Rogelio Echavarría); o la colección Un Libro Por Centavos que edita la Facultad de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Externado de Colombia (con pequeñas antologías de María Mercedes Carranza, José Asunción Silva, Eduardo Cote Lamus, Héctor Rojas Herazo, Jorge Isaacs, León de Greiff y Luis Vidales y entre otros títulos: Los Poemas De La Ofensa de Jaime Jaramillo Escobar, Baladas de Mario Rivero, Ciudadano De La Noche de Juan Manuel Roca, El Presente Recordado de Álvaro Rodríguez Torres, Morada Al Sur de Aurelio Arturo, Postal De Viaje de Luz Mary Giraldo, Puerto Calcinado de Andrea Cote, Nadie En Casa de Piedad Bonnet, El Álbum De Los Adioses de Federico Diaz-Granados o Luz En Lo Alto de Juan Felipe Robledo); o la colección de poesía de la Editorial de la Universidad Nacional de Colombia, que no debe confundirse con la colección Viernes de Poesía –que también se ha negado a publicarnos bajo la excusa de editar solo autores ya publicados, no inéditos como los negacionistas… ¿y cómo diablos quieren que no lo seamos cuando no aceptan publicarnos? Dicha colección fue lanzada durante la XVII Feria Internacional del Libro de Bogotá en 2004 (por tanto Cristian debía haberla conocido) y cuenta con Libro Recobrado, Libro Inédito y Obra Reunida como ítems en los que se encuentran El Vuelo Inmóvil de Jorge Cadavid, Oración Del Impuro de Rómulo Bustos Aguirre, Suenan Timbres de Luis Vidales, Sanguinas de Fernando Herrera, Lecciones De Fagot de Fernando Linero, Las Hipótesis De Nadie de Juan Manuel Roca, Agresión De Las Formas Contra El Ángel de Héctor Rojas Herazo, Los Trabajos Perdidos de Álvaro Mutis, Seis Libros Y Uno Menos de Álvaro Rodríguez Torres, La Poesía Es Un Viaje de Robinson Quintero, Estuario de Carlos Obregón, Este Lugar De La Noche de José Manuel Arango y más… La Editorial de la Universidad Nacional de Colombia igualmente publicó la Obra Poética de León de Greiff en 3 tomos, cuya presentación resulta acorde al lenguaje gráfico actual, algo que uno hecha de menos en muchos de esos modestos esfuerzos editoriales independientes. Digno de mencionar también el caso del cuidado y la belleza en la Colección Los Conjurados de Común Presencia Editores, que en su parte dedicada a la poesía cuenta con libros como La Palabra Liberada de su director Gonzalo Márquez, Antología Esencial de Amparo Osorio, De La Incesante Partida de Mauricio Contreras, El Derviche Y Otros Poemas de Jorge Cadavid o Inti Manic y Las Excusas Del Desterrado de los jóvenes poetas Juan Sebastián Gaviria y Robert Max Steenkist respectivamente. Si hasta Planeta publicó libros de poesía de Efraim Medina, Juan Felipe Robledo, Luis Fernando Afanador y Ricardo Silva Romero.
En cuanto a las grandes editoriales españolas que no publican poesía colombiana, cabe anotar que la industria del libro en el mercado hispanoamericano, no es exclusividad de España, y aun así, en la Colección Visor de Poesía, una de las más prestigiosas a nivel internacional, hay una Antología –que más que controvertida, es simple y llanamente incompleta– titulada Poesía Del Siglo XX En Colombia (la cual pudo conocer Cristian siendo de 2006) hecha por el poeta y ensayista nacional Ramón Cote Baraibar, quien también tiene un libro suyo en dicha colección, igualmente la editorial valenciana Pre-Textos publicó en 2000 Poemas Principales de Jaime Jaramillo Escobar. Y en 2007 salió Metamorfosis del Jardín: Poesía Reunida (1968-2006) de Giovanni Quessep a través de Editorial Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores de Barcelona… Por su parte en el Fondo de Cultura Económica de México se hallan: Afuera Pasa El Siglo de Santiago Mutis Durán, Summa De Maqroll El Gaviero: Poesía Reunida de Álvaro Mutis, Libro Del Encantado: Antología de Giovanni Quessep, Libros De Poemas de Darío Jaramillo Agudelo, Poesía Reunida de Fernando Charry Lara, Todos Los Poetas Son Santos de Juan Gustavo Cobo Borda, Amanecer En El Valle Del Sinú: Antología Poética de Raúl Gómez Jattin, Cantar De Lejanía: Antología Personal de Juan Manuel Roca, Poesía Completa de Porfirio Barba Jacob y alguno otro. El País Del Viento de William Ospina fue reeditado en 1999 por la Editorial Trilce de México. Y Obra Poética Completa de Aurelio Arturo salió en la Colección Archivos de Ediciones UNESCO / ALLCA Siglo XX.
Casi un año después, en su artículo del jueves 24 de enero de 2008, titulado La poesía sobrevive y publicado a través de EL TIEMPO, Alfonso Carvajal, luego de abrir su texto con un epígrafe de William Blake: Si cumplimos el deber, ningún daño temeremos, cita las palabras de Rogelio Echavarría: “en Colombia la gente sí lee poesía” y aduce que las editoriales no la publican, aunque admite que “las universidades han jugado un papel esencial para que la poesía no desaparezca como memoria de un país culturalmente pobre”. Lo cual ha quedado expuesto mediante sus colecciones de poesía o realizaciones como Poesía Y Prosa de Meira Del Mar por parte de Ediciones Uninorte en 2003, como lo demuestro y no simplemente lo digo al vuelo. Vuelve a cacarear sobre la mezquindad comercial de las grandes editoriales para con la poesía, justo él que fue editor de una que se negó siquiera a leer mi libro de cuentos cuando allí publican a Virginia Vallejo. Menciona revistas como Arquitrave, Común Presencia, Luna Nueva, Puesto de Combate, Exilio, Ulrika y la de la Universidad de Antioquia, las mismas de siempre, y su ingente esfuerzo que resulta inocuo clamor en el “desierto de la patria muda” (¡vaya mala cosa semejante epíteto!). Menciona, eso sí, el surgimiento de la colección de poesía Zenócrate que publica Uniediciones y dirige Fernando Denis, “díscolo y desarraigado poeta” (y dale con los epítetos injuriosos o al menos desafortunados). Y también deja sin mención labores como las de Editorial La Serpiente Emplumada de Carmen Cecilia Suárez que, entre otras cosas, publicó El Vino Rojo De Las Sílabas que reúne la obra poética de Fernando Denis. Y si de mencionar esfuerzos independientes se trata, ¿qué hay de Edgar Melo y sus Ediciones Catapulta? Es una labor destacable, pese a que sus libros no tengan toda la parafernalia artesanal de los de Taller Arte Dos Gráfico donde el infame –lo digo porque no tiene fama– Belisario Betancur manda hacer sus creaciones poéticas, pues el ex-presidente además de haber sido responsable de entregar el poder a las fuerzas armadas para que perpetraran la masacre del Palacio de Justicia y hacerse el de la vista gorda con otras matanzas y desapariciones forzosas cometidas durante su administración, escribe versos, para saber más al respecto habría que consultar a Harold Alvarado, quien ha hecho una detallada increpación. A propósito, este autor recientemente acaba de publicar Ultrajes, producción que contiene 40 años de obra y que puede obtenerse de forma gratuita (¿una nueva “afrenta al capitalismo salvaje”?) para leer e imprimir en:
Y si como dice Cristian esos esfuerzos son una invitación a que otros se atrevan a llenar el vacío y quedando demostrado que las editoriales sí se atreven, pues nosotros los negacionistas estamos totalmente dispuestos a aceptar ese desafío, lo único que resta es que también nos publiquen, pues en Colombia sí leen poesía, excepto los que escriben sobre si se publica o no.
Pablo Estrada
POEMAS

LARRY MEJÍA

AUSENCIA
Háblame de tu amor de catálogo
a mí que he preferido esperar solo
al calor maternal de la palabra
y al amargo frío de la honestidad
Háblame de tu sonrisa de inventario
a mí que he preferido reír solo
ante el sincero espejo de los años
y la cadencia puntual de las manecillas
Háblame de la eternidad del sentimiento
a mí que te espero de esta orilla
a mí que nada tengo y todo ofrezco
a mí que trato de empuñar instantes
Háblame en ese tono dulce pero ausente
que uno solo advierte cuando se ha ido lejos
a mí que sobre la piedra muda
he construido un altar a tu silencio

BITÁCORA
Vengo de la soledad
voy para el universo
vengo de las pesadillas
metidas en este sueño
no quiero terminar
ni volver bailando tango
en una calle cualquiera
en una con tu nombre
o con el nombre del que sea
audiencia abran los brazos
vengo de la poesía
voy para el universo.

COMO TU MIRADA
Tu recuerdo ha venido a despedirse
recogió sus fotos
pagó el café
y dijo adiós
ya ni tu recuerdo me acompaña
estoy listo para irme a bailar conmigo mismo
para tomar agua de hierbas
para tejer mantas
–Penélope eterna–
y acariciar gatos
con la dulzura de la valeriana
que usaré para dormir
–cierro mi corazón–
como tu mirada que no existe.

PABLO ESTRADA
ERES TÚ
¿Es un cadáver con sombrero y gabán
o un esqueleto con gastado traje oscuro?
¿Es una momia con jeans y camisa a cuadros
o un hosco y socarrón demonio desnudo?
¿Es una actriz de reparto
o una mujer que no sabe amar?
¿Es un barquito ebrio
o sólo un niño en la orfandad?
Si el teléfono suena, no contestes,
si el abismo seduce, no te precipites,
podría ser: número equivocado.
Si la lluvia humedece tu cuerpo en las noches,
no creas que es la luna, ella nunca llora.
Lucía luce luz sin luna.
¿Quién diablos es Lucía?
¿Qué diablos es la luna?
Tus orejas sostienen pendientes gigantescos
que consideraría llegan hasta al suelo
–allí estoy yo, sin caer cayendo–.
Mis óptimos ojos orbitan obtusos.
Quisiera acariciar tu vientre aterciopelado
y besar tus senos de pálida porcelana.
El espejo borra el espejismo,
tu espectro desaparece de mí.
Extraño cada milímetro de tu piel,
cada cabello que solía tomar.
Mis manos te buscan en la oscuridad,
mis besos te preguntan entre sábanas.
Tu aroma –que emanas desde la distancia–
me despierta en las mañanas.
Tu imagen –que las píldoras distorsionan–
me levanta de una bofetada.
Ensangrentado busco una navaja,
un revólver, una soga, un veneno,
para calmar ésta, mi angustia.
Te envío una tarjeta que dice:
De: Lirio
Para: Noia
Y caigo en medio de convulsiones.
Las preguntas me invaden
y por poco me ahogan…
¿Es una escultura de un dios
o de una celebridad del pop?
¿Es el fantasma de un suicida
o un guitarrista de grunge?
¿Es una fotografía de un viejo comunista
o de un padre muerto ya hace tiempo?
No, no… Soy yo…
Voilà, c’est moi… ¿Quién más?

POEMA ENCONTRADO EN UNA HABITACIÓN ABANDONADA
Mira mi corazón en pedacitos
mira mis alas desplumadas
mira mis ojos dormidos
mira mi alma atormentada.
Te amo
porque pagas la renta
de mi habitación,
me cuidas y me bañas,
me vienes a visitar
todas las mañanas,
por eso también
te amo.
Escucha mi voz debilitada,
escucha mi inmunda sonrisa,
escucha mis lágrimas oscuras,
escucha mis manos destrozadas
y el lento palpitar
adentro de mi pecho.
Perdóname por no soñar contigo,
perdóname por malgastar
el dinero que me dabas,
perdóname por esconderme
debajo de la cama,
perdóname por hacerte el amor
sólo una vez por semana,
perdóname por embriagarme
el día de tu cumpleaños
y estropearlo tanto,
perdóname por cortarme las venas.
Siente mi sangre derramada,
siente mi piel lacerada,
siente mi saliva amarga,
siente mi pecho oprimido
por la angustia y por el miedo
pero no me sientas solo.

PÚRPURA FUGAZ
¿Sabes que percibo
sabes que presiento?
Sin perder el sentido
te diré en secreto:
Tubos que contemplo
dentro de mi cuerpo.
Tu voz que contemplo
perdida en el viento.
Tu bosque contemplo
en un paisaje eterno.
Grises tubos en mí mismo
al borde del abismo.
Dulce voz distante
como arroyo susurrante.
Oculto bosque espeso
turbio, hostil y denso.
Antes de marcharte,
deja tus recuerdos
en mi abierta mente,
en mi vacío pecho.
¿Dónde estás
cuando más te necesito?
Muerta quizás,
quizás muerta
(Es que ella se ha ido,
¿no recuerdas?)

NORMAN CORREA*


AVARICIA
Los brincos tintineantes de la moneda
sobre el asfalto alertaron a los transeúntes
algunos escondieron sus manos en los bolsillos
DESTINO DE LOS SUEÑOS
Cuando se exige que los sueños
bajen de los árboles
brotan de la alcantarilla
emanando olores de belleza nauseabunda
que se integran en el cuerpo
y después en el poema.

PRESAGIO
En el gesto de amargura de la niña
como si la muerte tuviera afán,
se asomo la vejez.
Todos somos profetas de cara arrugada.

Cambio mi vida,
de todos modos la llevo perdida
León De Greiff
Qué importa si elijo comer pastel.
Estoy envuelto en el empaque y relleno de chocolate.
Qué importa elegir, no hay más.
El TV aún funciona en los años
de ultravanguardia y desarrollo,
ojalá no termine el programa. No importa elegir
el canal si no hay más.
El tendero habla un solo lenguaje minuto a minuto.
Y no le importan los días envueltos en un mismo empaque.
De mi amiga espero a que dé la vuelta
para tomar un poco de su existencia trasera y
devolverme el aliento y el deseo. Qué importa si me mira.
Si amar significa besuquearse y manosearse
entonces una mirada es una caricia
de agradecimiento y cordialidad.
Qué importa mi vida si todo marcha al gusto de los demás.

FORMANDO FAMILIA
Una copa y una palabra
Una palabra y un beso
Un beso y una invitación a cenar
Una invitación a cenar y un matrimonio
Un matrimonio y un hijo
Un hijo y
Un juego…
Un juego por una copa.

Tengo triste el vino
José Manuel Arango
Tengo cien pesos y un amigo.
Tengo mil pesos y un mejor amigo.
Diez mil pesos y un amigazo.
Cien mil pesos…
Tengo horror de pesos
y una cuenta por cobrar.

DISCOTECA
Hasta en las botellas hace escándalo la música.
¡Que horrendo espectáculo las miradas en la botella!
Casi todos releen “El exceso de alcohol es
perjudicial para la salud” dirigiendo las orejas
hacia un costado donde el ruido pierde fuerza,
sólo un poco de fuerza.
Hablan solitarios frente a frente:
–¡No te escucho! ¿Qué dices?
–Baila conmigo, no se puede ofrecer nada más.

SE ACABA EL LICOR, LA MÚSICA, LA FIESTA
La música
después de golpear la pared
llega a la botella y bebe.
Bebe largamente hasta el eco
y se va
y yo tambaleo tras ella.

El lápiz: otro dedo
para acariciar el papel.
Al final
sólo rasguños.
*Norman Correa se ha dedicado al comercio. Ha tratado de evadir el trabajo pero vuelve a él porque su estómago lo defrauda. Como dice la frase “trabaja para comer y come para trabajar”. Se sabe que el comercio atrofia las ideas pero Norman las ha guardado para desempolvarlas a su debido tiempo. Contacto: nacojar@yahoo.es

En el blog del negacionismo el espacio está abierto de par en par como las batientes puertas de una cantina del viejo oeste americano, así que recibimos lo que ustedes consideren que podamos publicar allí, nosotros lo revisamos y decidimos si va o no... La idea es que este espacio sea de muchos para sacarle un buen provecho (y todo el que puede sacársele es que la gente vea la obra ahí expuesta) y no requiere filiación alguna con nosotros o algo por el estilo, eso sí, no vamos a poner aquello con lo que no estemos de acuerdo o no nos guste.
Ah, y no vamos a negarlo: no somos más que unos borrachos y desocupados...