miércoles, 7 de julio de 2010

Esta es una invitación para que nos acompañen en esta nueva iniciativa.

UN SOLO INCENDIO
Conversaciones sobre poesía colombiana


Se acarician efímeros entre mil soles
que se despedazan, se besan hasta el fondo,
saltan como dos delfines blancos en el día,
pasan como un solo incendio por la noche.

Jorge Gaitán Durán
Se juntan desnudos


UN SOLO INCENDIO es una serie de conversaciones sobre poesía colombiana en las que se presentan algunos de los autores más representativos a través de apuntes biográficos, acompañados de imágenes y audios, así como de la lectura de su obra poética; luego se discurre en torno a ello, al impacto, influencia, trascendencia y reconocimiento que cada autor ha recibido o mereciera.

Está dirigido a todo interesado en la poesía, desde el lector hasta el creador o poeta en ciernes, así como a los estudiosos del tema y estudiantes de literatura, quienes pueden enriquecer las charlas con sus aportes; porque otro de los propósitos de esto es promover la lectura, intercambio y adquisición de la obra poética colombiana que se halla impresa.

Estas conversaciones se realizarán los miércoles, cada quince días, a partir de las 5 p.m. en las siguientes fechas: 21 de julio, 4 y 18 de agosto, 1 de septiembre.

Están a cargo de: Pablo Estrada y Larry Mejía.

El lugar donde se efectuará UN SOLO INCENDIO es el Claustro de San Agustín, que desde 2007 es sede del Sistema de Patrimonio y Museos de la Universidad Nacional de Colombia. La dirección es Carrera 8 No. 7-21, diagonal al Palacio de Nariño.

La entrada es libre, no requiere inscripción previa, apenas buena voluntad y disposición para generar un espacio ameno y pasar un agradable rato en la mejor de las compañías: la poesía.

domingo, 23 de mayo de 2010



Larry Mejía y Pablo Estrada –negacionistas– les invitamos a asistir al 18 Festival Internacional de Poesía de Bogotá que se celebra entre mayo 24 y 29 de 2010.

Info: http://www.poesiabogota.org/

Programación:
http://www.laotrarevista.com/2010/05/festival-internacional-de-poesia-de-bogota-2010/

Por si acaso, estaremos allí presentes...

Martes 25 de mayo
10:00 a.m.
Biblioteca del Gimnasio Moderno
Pablo Estrada, Jenny Bernal, Fabián Sánchez, Alberto Rodríguez Tosca, Ida Vitale y Enrique Fierro de Uruguay

Sábado 29 de mayo
2:00 p.m.
Biblioteca El Tunal
Larry Mejía, Fernando Linero, Mauricio Contreras, Ernesto Román (Venezuela) y Carlos Clará (El Salvador)

También recomendamos que vean a dos de nuestros queridos poetas: Juan Calzadilla (invitado de Venezuela) y Álvaro Rodríguez Torres (poeta homenajeado)
Ambos estarán el lunes 24 en la biblioteca del Gimnasio Moderno a las 5:00 p.m. y 7:00 p.m. y el sábado 29, Juan Calzadilla a las 11:00 a.m. en la Ciudadela Colsubsidio y Álvaro Rodríguez Torres a partir de las 5:00 p.m. en el Gimnasio Moderno durante la clausura del festival.

Recuerden que es un evento de ENTRADA LIBRE…

lunes, 12 de abril de 2010


Cría cuervos y espanta pájaros


dos de los poetas inéditos más leídos del momento
dos de los poetas desconocidos más comentados del medio




Pablo Estrada & Larry Mejía


Con la participación de:
Lina Díaz en el cello
e invitados especiales

miércoles 5 de mayo

6:30 p.m.

Biblioteca Los Fundadores
Gimnasio Moderno
[Carrera 9 No. 74 –99]
Bogotá, Colombia


domingo, 4 de abril de 2010

EL HOMBRE DE CARNE Y VERSO
.


Siento que Juan Calzadilla* no necesita presentación, a mí me lo presentó el azar y estoy seguro que él jamás mandaría una ficha biográfica de su persona o de su obra, pues la una como la otra se confunden, es decir (y como en pocos casos) son consecuencia de sí mismas. Al leerlo, no se sabe cuál es cuál, se pierde uno en ese rostro que parece una hoja arrugada, y en sus hojas limpias cree estar viendo uno al viejo que nunca será.
Juan Calzadilla es, para mí, el ejemplo más claro de estar en el lugar correcto, en el momento exacto.
Lo conocí una mañana en la editorial en El Perro y La Rana de Venezuela. Creí que estaba perdido o buscando un mingitorio, creí que era algún poeta inédito buscando que la editorial le publicara su primer poemario. En cualquiera de los casos, decidí abordarlo, por ese defecto que tengo de ser entrometido, pero que esta vez se convirtió en grata sorpresa. Y ahora desde Colombia, desde la distancia física, al releerlo siento que de verdad le doy la mano, y que sí estaba yo en lo cierto, Juan buscaba un orinal, una publicación, una oficina con 120 personas, un caos, una voz extranjera –la mía– cualquier cosa buscaba y ahora sé que lo hacía con la profunda necesidad de inventársela.

L.M.

_________________________

El origen
Tengo que suministrarme un origen. Un origen que no sea aquel del cual provengo, ni al que aspiro. Ni siquiera el que merezco. Un origen que como el futuro esté adelante, silencioso y desconocido. Un origen no consagrado por las leyes ni condicionado por los dioses. Un origen que no mire hacia atrás. Que no sea la fachada de un templo ni un agujero negro. Un origen que me garantice que por fin admito que comienzo a ser lo que soy.

La tradición
¿Es que toda tradición es solamente anterior? ¿Acaso no hay una del porvenir? Una tradición de la que no se esté arrepentido porque no ha pasado. Una tradición con la que no se esté en deuda por el hecho de que pertenece exclusivamente al futuro.
Yo es otro
Lo que el espejo dice de mí no crean que me reconforta.
Cuando me veo en él me encuentro perdido como si, más que de un espejo, se tratara de una fosa. Ya quisiera yo verme en él de cuerpo entero, libre de edad y de los estragos del tiempo, sin recibir amenazas de una materia extraña y lisa que tomándose atribuciones y hablando en mi nombre se empeña en demostrarme que ese que veo no soy yo

sino yo más otro.

Se hace polvo con la literatura
Perdonen el exabrupto, pero si un escritor fallece, todo lo que se refiere a su vida personal ha dejado de pertenecerle, se vuelve incompatible con él, ha pasado cortésmente a su obra, se ha convertido también en literatura. Pero no en biografía.

Que no se hagan ilusiones en la tumba.

Ruido de las esferas
La música del poema no hace ningún ruido, ni siquiera para darse a saber. El poema está demasiado ocupado en zafarse de las palabras, y son estas, en su afán de retenerlo las que meten todo ese ruido que confundimos con la música del poema.

Epitafio atribulado
Todos los que se han muerto, murieron por mí, todos los que mueren, mueren por mí. Si no murieran por mí, yo no estaría vivo ni estuviera yo llenando por ellos el lugar que dejaron vacío para mí. Ni estaría yo ocupado de escribir en este momento el poema con que pongo fin a mi libro.
.
fot. de Enrique Hernández de Jesús

*Juan Calzadilla nació en Altagracia de Orituco (Venezuela) en 1931, estudió en la Universidad Central de Venezuela y el Instituto Pedagógico Nacional, es cofundador del grupo El techo de la ballena (1961) y de la revista Imagen (1984). Ha publicado más de 25 poemarios desde 1954.
.

domingo, 14 de marzo de 2010


El pasado sábado 6 de febrero de 2010 nos reunimos 3 de los 4 negacionistas originales.
NO éramos Led Zeppelin sin John Bonham, ni mucho menos. NO fue un reencuentro ansiado por los fans como el de Black Sabbath o The Police. Nos dimos abrazos pero NO tan forzados como los de Roger Waters y David Gilmour o Ritchie Blackmore y el resto de la banda.
NO fue como una lectura de Patti Smith o Bukowski en sus años de gloria callejera y mala reputación. NO fue como Ginsberg aullando su Howl en Six Gallery o Gonzalo Arango esputando una de sus proclamas nadaístas en el Café Automático, ambos leyendo en rollos de papel higiénico.
NO estábamos en el CBGB’s sino en Bardo Teatro: un bar local, ubicado en el centro de Bogotá, donde se reúne gente diversa con un mismo fin: beber.
Allí estábamos.
Otra vez, casi juntos.
De nuevo enfrentando el público (es una especie de lucha –como la de Sex Pistols en USA– cada vez que estamos en un lugar así, leyendo poesía… lo bueno fue que NO hubo necesidad de cortarse el pecho ni escupir a los asistentes, aunque en un par de casos estuvimos tentados de hacerlo).
La cosa funcionó, callamos a los que NO querían oírnos. Robamos aplausos porque NO pudimos robar cerveza… pero lo intentamos.
Por poco protagonizamos una pelea.
En fin, en fin.
Salimos de allí, luego de leer y beber, cada cual por su lado. Volvimos a ser como antes, después y siempre.

Bueno, Daniel Ángel, es uno de los 3 que estuvimos allí esa noche. También es uno de los que estuvo desde el principio.
De hecho fue gracias a él que pudimos dar un halagüeño primer paso en un curioso lugar: una fundación de ex-alumnos de uno de los colegios más antiguos y reputados del país, que parecía la casa club de un grupo de jóvenes con intereses e inquietudes comunes.
Allí nos permitieron hacer nuestras primeras incursiones en la aventura negacionista. Pasamos buenos ratos que NO duraron. Nos disgregamos y cuando el negacionismo tomó un rumbo, seguramente equivocado, ya 2 de nosotros –y por poco 3– NO estaban.
Hace un tiempo dimos su justo lugar que por supuesto será reiterado a uno de los fundadores de esto, ahora damos su merecido espacio a otro.

3 de 4


DANIEL ÁNGEL


Cuando los dientes se aflojan
y tienden a caer
y la carne trémula
tiembla al contacto sagrado
con un durazno joven,
los recuerdos buenos o malos
o en definitiva el pasado
se convierte en la metáfora de la tristeza
y los ojos plasman
guaridas de arañas.

Cuando el cabello escasea
y sobran las desesperanzas;
hay mil metros de tu piel
hasta otra piel de fibra de arroz,
eres germen fermentado del olvido.
ya lo viejo no es tan bueno.

Cuando el silencio
es el grito de auxilio que te das a ti mismo
y tus zapatos y tus vestidos
te siguen acompañando por la noche entera,
quedan los vestigios
tu alma que fue viajera,
queda la tristeza
la pena del que espera.

Y estando solo
ya no puedes cantar una canción
ya no está esa hoguera de cuerpo
que era viento
la inspiración.


CANCIÓN POR EL VERANO

Hoguera
higuera
morena
abre aquí tu piel.
Las nubes
el viento
sopla
arrastra
lo que siento
vestigios
un corazón.
Arrasa
la rastra
sucumbo
al mundo
tus ojos son
la flor son
delirio
pétalos
girasol.
Follaje
que forra
las pupilas
dora
cabezas
calvas
párpados de neón.
Morena
percibes
de mis manos
recibes
magnolias
astromelias
rosas
exaltación.
Tu rostro
montañas
pestañas
que abren
mañanas.
La luz
la alegría
tu boca
de loca
no dice
nunca
nada
acertado
tirado
luego
el dado
ni la verdad
sospechada
lo mismo
encontrada
tras los rayos
del sol.
Los dedos
trenzados
cabellos
alados
centellos
fantaseados
de mi imaginación.
Conozco
poco
tu ausencia
me aloco
estás por siempre
sumergida
en la vida
conciencia
a la ventana
que rompe
donde emana
la tierra
lejana
de la saña
y la razón.
Verano
sed
sediento
tus ojos
sudor
lágrimas
de invierno
tu vida
tus pasos
todo lo siento
tu alma
tus senos
tu sueño
y la palabra
mi vida
son.


***


Entre todo lo que hay en el mundo
he descubierto
a la desgracia en los ojos de los hombres
como una mancha
un tachón del futuro,
he descubierto
los pasos sobre el asfalto
o las heridas del corazón
arcilla que se enfría
árbol que se tuerce
como un girasol,
he descubierto
las colillas arrojadas al piso
en amaneceres eternos
de elegías baratas
sin salvación
y tragos ondulando
las bocas amargas,
he descubierto
en un rincón
a las arañas tejiendo su red implacable
para atrapar al tiempo
y devorárselo con sus fauces tristes
tan tristes son,
he descubierto
al hambre jugar
en las calles
el juego solitario de la desolación,
he descubierto
que tú también
haz dejado “algo”
en “alguna” parte
“algo” que no querías dejar
y ahora estás triste
y piensas en “ello” con melancolía
porque tienes la certeza
que nunca jamás
volverás a tenerlo,
he descubierto
que en noches como las mías
has sufrido del miedo
y del abandono y de la ausencia
y que has llorado
y padecido insufrible
la voz que habita el silencio
el cuerpo que tapa lo oscuro
las manos que siembran el frío,
he descubierto
que sospechas
que te echas al hombro tus culpas
que has querido
que el amor sea uno y no miles
y que sea también hoguera
para quemar a tus fantasmas
y he descubierto
que tú
al igual que yo
has descubierto
que este lugar tranquilo
que suele ser el tuyo
el que todos miran
el que conservamos (por la juventud, la sutil belleza)
se ha ido marchitando
se caen sus hojas
sus ramas tiemblan
y su memoria nocturna
resplandece con amargura
cuando encuentra el vacío.


***


Cuando pasa
con su vuelo gris
el tiempo todo lo cambia
se transforman las pequeñas cosas
y las grandes
se vuelcan sobre sí mismas.

Ha quedado atrás un nombre
de la mujer que quise
los cuerpos de mi familia
entre la boca de los gusanos
una casa de la que nos fuimos inevitables
a buscar bienestar y soledad
para luego
con la mirada llena de zozobra
escrutar lo que quedó en los bolsillos
y revisar con amargura
que también en el alma
nos pasaron cuenta de cobro
y no ha quedado nada
el tiempo todo lo deshizo
en sus artilugios de agua.


***


Cuando llegué a tu vida, estaba más muerto que vivo, descendí como un ave rapaz a devorarte las entrañas y la tranquilidad, pero estaba muerto, entonces todo aquello a lo que nosotros llamamos vida en un momento, se convirtió entonces en una forma de desahuciarnos, en una forma de sobrellevar la enfermedad de la vida y las veces, que fueron pocas, en que realmente sonreímos con pasión fueron una esperanza somera e inconclusa de la victoria sobre la vida. Pero como siempre caímos, enfermos, trashumantes del mundo, a una derrota contundente. Nunca me quisiste creer, somos hojas de otoño que caen indefensas a la corriente del río y nunca más podremos ser, nunca más podremos observar desde ramas distintas nuestras absurdas soledades, nunca más podremos volver a ser esos muertos ridículos que siempre fuimos.

Ahora que ha pasado el viento con sus arrabales de pesadumbre, ahora que la modernidad ha hecho del hombre una herramienta del desarrollo, te miro, pálida, llena de agujeros negros en las manos, con un cuervo pegado a los ojos y un buitre al que ahora llamas por mi nombre.


***


Caminamos bajo la lluvia
nos esperamos bajo la lluvia
y cuando nos vemos
nos besamos los rostros
con nuestras lengua húmedas,
recorremos las calles
sobre la lluvia muerta
y se nos mojan los zapatos
y parecemos dos náufragos
en esta ciudad oceánica
buscamos un café cercano
y hablamos de tus pacientes
no tan pacientes
y discutimos sobre los efectos del alcohol
y recordamos a Rocamadour
preso en el Uruguay
y a su bella madre en París
y nuestras bocas
prescinden de las palabras
para decir tantas cosas
y el café va armando
con su hedor al amor
entre el agua continental
que seguramente viene desde la India
y rebota en nuestros cuerpos barcas
que se pierden en la tormenta latinoamericana
y nos tomamos las manos
mientras tiritamos
y nos calentamos los recuerdos
de días pasados
y cantamos al oído alguna canción
y nuevamente deseo abrazarte
y bailar contigo un tango
mientras tus amigos
los médicos pasan por la Séptima
buscando algún enfermo que curar
en cambio yo
tú lo sabes
que busco algo que nadie comprende
sólo quiero abrazarte y levantarte del suelo
como si estuvieras levitando bajo la lluvia viva
y sobre la lluvia muerta
y bailar pegado a tu cuerpo
y sentir como el agua apaga mi cigarrillo
y como tus labios encienden mi vida
para luego dejarte a tu suerte
con tu vida
la que elegiste
verte caminar con un libro pesado bajo el brazo
para que sanes a tus tristes hombres
que te esperan agobiados
pero nadie sabe
que al que sanas es a mí
y la lluvia
al que salva es a mí
de no estar solo a la deriva.


***


Estoy desierto
como una casa de lenocinio en semana santa,
sólo me concurren los demonios y la sabiduría de la zozobra con calma.

Miro a mi ciudad que crece
hermosa y en desorden
como los dientes mal puestos
como los pechos de una quinceañera
como las ramas de un árbol.

A un lado de la ventana
un hombre intenta robar un pan
una limosna o una sonrisa,
al otro lado de la ventana una mujer hermosa
cree que la vida son sus ojos
y su busto adorado.

Mi ciudad también es una casa de lenocinio
donde todos perdemos nuestra virginidad moral.

Lo disfrutamos hasta el fondo
es un idilio con nuestra soledad común.

Estamos muertos de pie
y nos reducimos a existir:
nada más nos puede ocurrir.
Así están las esperanzas.

Mis amigos se han ido de la ciudad
y del país y del continente y del mundo y de la felicidad
yo nunca alcanzo a ofrecerles siquiera un oasis
una fantasía.

Pueden morir de sed
en esta ciudad rocosa
donde es más fácil conseguir una prostituta
que un amor.

Mis manos tiemblan y estoy francamente joven
quizás es el cigarrillo, su consumo en exceso
lo que yo quiero con total sinceridad
es que dios entienda que estoy inconforme
por eso le envío señales de humo ya que no atiende a mi lengua.

Bogotá
comarquita de montañas de asfalto
tus estrellas se me hacen de mentiras.
mira cómo sufro por lo que quiero
mira cómo me conmuevo en tus brazos
mira cómo miro tus senos.

Aquí estoy solo
desierto, abrumado y con llamas rojas en los ojos
mis amigos tienen hambre
y yo te escribo un poema para que sepas
que tengo miedo de ellos
que tengo miedo de ti
que tengo miedo de los pobres y de los ricos
y de las mujeres embarazadas
que no entienden que deben subirse al Transmilenio
por la puerta primera para que usen los puestos azules
y no me quiten el mío.
Lo único mío que puedo tener en la calle
ya que la vida se la debo a los buenos ladrones
que no acuchillan.

Mis amigos tienen hambre
y están tristes
más tristes que yo
y están en el infortunio porque sí viven para ser felices.

Por eso soy un desierto en medio de otro desierto.
Tengo los ojos llenos de arena y asfalto.
Tengo la nariz impregnada de diesel y de perfume barato.
Tengo la panza llena de hambre y de huecos.
Tengo los ojos rojos por la ausencia.

Cómo podría llamarse un desierto en medio de otro desierto.
Eso soy.
Un interdesierto que se alimenta de la soledad
Y de la sed
y del hambre
y de la alucinación de los otros.
Por eso me veo pequeño
porque tú eres un desierto más grande.

En el desierto no se encuentra al amor
el amor no es agua
pero lo mismo da
no se encuentra en el desierto
ni en el mío
ni en el de mi ciudad.
Mis amigos lo saben.
Yo lo sé.
No me duele saberlo.
Lo acepto como acepté mi vida
como acepté la muerte de los que quise.
Ellos se murieron de sed.

Bogotá
cierra tus ojos
un sol y una luna bastan
para ocultar tu miseria.
---

domingo, 21 de febrero de 2010

EXTRAVÍO
Rastreando una huella difusa, una senda trazada entre claridad y cauce, atendí el consejo del mudo y seguí el camino señalado por el ciego.
Volé sobre aureolas y silentes zampoñas que agujereaban el vacío, sintonicé Radio Sigilo –que emite desde las montañas que amamantan insurrecciones e inmolaciones, migraciones y destierros, zozobras y nostalgias– y viajé al lado del fantasma del exilio y la acuciante presencia del desasosiego.
La inminencia del destino desconocido me dio la bienvenida con malicia y con sorna sin pronunciar palabra, sin emitir gesto, sin hacer demasiado ruido, con brevedad y apuro como espantando gallinas cluecas o moscas en la leche.

No me veía a mí mismo, no pude acariciar una sola entraña; me tragaba la arena, lamía la sal del mar, masticaba la marchita flor del olvido.
Grité todo lo que pude pero la boca no estaba en su lugar y no cumplía su misión: ni un beso o un mordisco dio… sólo mutación y mutismo, ningún placer al paladar.
El cuerpo era nulidad, la soledad una cicatriz a punto de borrarse; sólo las manos, delante, sujetando la raíz de la incógnita y un frasco.

He visto una y otra la misma imagen, una y otra vez, aunque no es la misma imagen ni una ni otra vez: ninguna tormenta es la misma tormenta, las aguas –ya lo decía el Oscuro de Éfeso*– no son iguales en igual río, nosotros no somos los que somos cuando en ellas entramos…
Y si atrapas el agua, ¿es otra el agua? ¿Otro lecho, otra cuenca, otro delta? ¿Es –digo– otra agua?
Sí. Es otra: es la misma. No nace, no muere, no se mueve cuando se mueve. Es espejo y es reflejo, es cristal, es opacidad, agua súbita y calma, es agitación y pausa. A través de ella el tiempo, la vida, la nada, pasa. Y vuelve y pasa.

Todos mis muertos, el espectro del pasado, la sombra del amor y yo alcanzamos la distante orilla, más allá del deseo; irrumpimos en la última frontera, de regreso al futuro, retornamos a lo eterno, vimos la luz muerta: el lado oscuro del alma, de la nube, la luna, la conciencia.

La negritud del horizonte debería acallarme e infundir en mí miedo a la oscuridad.
El prodigio del paisaje me contó una leyenda que fui incapaz de descifrar y ahora mal digo.
La vociferación de las plantas padeciendo sedes y calores, la frondosidad del pelaje de las bestias esparcida por tierra yerta y la aridez y la lisura de las entrepiernas me indicaron cómo se comerciará en tiempos venideros.
La vaguedad de las formas orienta mi aguja magnética, inmóvil en una gradación incierta.
La profusión de panoramas en un mismo tránsito descubrió para mí –como si fuera una insolente desnudez que despojan del manto que la cubría– el secreto: la reiteración de un mantra que se repetía y consistía en repetir un mantra que se repetía y consistía en repetir un mantra que se repetía…
pablo estrada
________________________
*Heráclito
EL BARCO
El mar no tiene compañero.
Gustavo Pereira

El barco está cansado
tiene gripe
y mucho frío
el barco es fuerte
cuando cruzó el helado mar de Barens
ningún marinero le ofreció
ginebra
el barco tiene un ala herida
el barco es enemigo del barco Amérique
cuando los marineros llegan a casa
cuando la tripulación llega a casa
el barco solo en el puerto recuerda su hogar
en un bosque que ya no existe
al barco le duele la cabeza y la popa
el barco ve dormir a las estrellas
el barco desde luego está ebrio
el barco por supuesto ha visto caer
sin reírse de él al albatros
el barco guarda tesoros en silencio
el barco nunca duerme
el barco tiene sed
y le dan agua salada
el barco espera el río
el barco es amigo mío
el barco no tiene bandera
el barco nunca sueña
el barco conoce los desiertos marinos
las selvas marinas
los cementerios marinos
el barco tiene en la memoria
las pisadas de todos los bailes
que sobre el barco ha dado el hombre
el barco tiene hambre
el barco es fuerte y flaco
el barco no es alto ni bajo
el barco tiene tantos ojos como años
el barco habla solo
cuando todos se han dado por perdidos
el barco no olvida el camino
el barco es montaraz
el barco canta
con todos sus maderos
el barco odia a los poetas
el barco es poeta
al barco le apuñalaron la espalda
el barco odia las armas
el barco odia el faro estúpido
que cree enseñarle algo
el barco tiene plumas
el barco no quiere estar solo
el barco se fumó “los otros cigarros que vienen en el barco”
el barco son mis amigos
quien conmigo
les ofrece la mano
les brinda un abrigo.

Larry Mejía

sábado, 20 de febrero de 2010


El opio es el opio del pueblo.


p.e.
A propósito de negacion(ismo)...

[El mito de Sísifo de Albert Camus revisitado]

«…nada más difícil de entender que una obra simbólica. Un símbolo supera siempre a quien lo usa y le hace decir en realidad más que lo que él tiene conciencia de expresar.»

«Nietzsche parece el único artista que sacó las consecuencias extremas de una estética de lo Absurdo, pues su último mensaje reside en la lucidez estéril y conquistadora y una negación obstinada de todo consuelo sobrenatural.»

«No hay destino que no se supere mediante el desprecio.»

«…las convicciones no impiden la incredulidad.»

«No es posible mantener que toda representación es verdadera pues esta tesis es retorcible, como demostraron Demócrito y Platón oponiéndose a Protágoras; porque si toda representación es verdadera, también será verdadero el que ninguna representación es verdadera, en cuanto se basa en una representación. Y por tanto, será falso que toda representación es verdadera.»

Tomado de Teoría de los dos juicios contrarios de Sexto Empírico en “Contra los matemáticos”, VII, 389 citado en “Vida de Protágoras” en “Fragmentos y testimonios” en Protágoras – Gorgias [Barcelona: Ediciones Orbis, 1977, 1980. Traducción: José Barrio Gutiérrez] recomendado por Leonardo Lozano.

lunes, 1 de febrero de 2010


MÁS ALLÁ DE BIEN Y DEL MAL
o
LO DEMÁS ES LO DE MENOS

Reencuentro de los negacionistas

Bardo Teatro
Calle 19 Nº 3A - 37 Local 111
Bogotá, Colombia

Sábados 6 y 13 febrero de 2010
8 o 9 p.m.